En nuestra sociedad cada vez es más importante el hecho de ser conscientes acerca del uso que le damos a nuestros dispositivos y aparatos electrónicos, ya sea en nuestro hogar, en la escuela o incluso en el trabajo. Diariamente se dan a conocer nuevas y pequeñas acciones que podemos comenzar a hacer para disminuir, aunque sea un poco, el impacto que nuestras nuevas tecnologías tienen en el planeta.
Una de estas acciones se trata de siempre revisar las «ETIQUETAS ELÉCTRICAS» de nuestros electrodomésticos. Pero ¿qué es una etiqueta eléctrica?
La ETIQUETA ELÉCTRICA pretende que los consumidores, a la hora de adquirir un nuevo electrodoméstico, tengan mayor información sobre el consumo energético e identifiquen de forma más rápida y sencilla su eficiencia energética, que es la capacidad que tiene estos para realizar su funcionamiento con el menor consumo de energía posible.
Las etiquetas energéticas están reguladas a nivel europeo y es obligatorio que todos los vendedores las incluyan en los electrodomésticos. Por eso, cuando acudas a una tienda no deberás tener ningún problema para encontrarlas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no todos los aparatos eléctricos del hogar cuentan con esta etiqueta. Los electrodomésticos que por ley deben tenerla son los siguientes:
– Frigoríficos y congeladores
– Lavadoras
– Lavavajillas
– Secadoras
– Lavadoras-secadoras
– Fuentes de luz domésticas
– Horno eléctrico
– Aire acondicionado
Todas las etiquetas energéticas tienen la misma estructura:
- En la parte superior, junto a la bandera de la Unión Europea, el nombre del proveedor o marca y el identificador del modelo.
- En la parte central, la clases energética a la que pertenece el equipo identificada en la escala de letras y colores.
- A continuación, el consumo de energía anual.
- En la parte inferior, una serie de pictogramas con las características seleccionadas.
La etiqueta se basa en una escala de clasificación por letras y colores, que va desde la A y el color verde, para los equipos más eficientes, a la D y el color rojo, para los equipos menos eficientes. Incluye hasta 3 clases adicionales de eficiencia energética: A+, A++ y A+++.
También incluye una serie de pictogramas con información adicional sobre las características del equipo.
Los aparatos con mayor eficiencia energética son más caros al momento de adquirirlos, sin embargo, esto se compensa con el ahorro energético que se ve reflejado a la hora de revisar nuestros recibos de luz, pues al hacer uso más eficiente de la energía, esta se usa cada vez en menor cantidad, generando ahorros considerables durante toda la vida útil del electrodoméstico.
Ahora lo sabes, antes de comprar, revisa muy bien la etiqueta electrónica y decide responsablemente.
Chicago Digital Power.