Separar la basura correctamente es fundamental para depositarlos en el lugar que le corresponde. Por lo tanto, hacer un reciclaje correcto comienza en casa o en el lugar de trabajo.
Reciclar es una forma de demostrar la conciencia ecológica, para que el reciclaje sea efectivo hemos de seguir unas sencillas recomendaciones que nos ayuden a convertir este gesto ecológico en una acción que podamos hacer a diario.
Convertir el reciclaje en una rutina debería ser nuestro objetivo si pretendemos hacer de ello una costumbre lo más llevadera posible. Lo conseguiremos si logramos hacer una selección adecuada, es decir, clasificando y separando la basura desde un primer momento.
En el hogar se recomienda organizar los botes o contenedores de la basura eligiendo tamaño y número en función de nuestras necesidades, si bien por lo general suelen destinarse distintos botes a los desechos orgánicos, papel y cartón, vidrio y plásticos.
Ello, lógicamente, al margen de otro tipo de desperdicios que no entran en estas categorías aunque pueda parecerlo. Por ejemplo, las botellas, frascos, envases o vasos de cristal pueden reciclarse totalmente, pero no los espejos y otros elementos con material similar al cristal o que aún incluyéndolo también tenga otros materiales.
Del mismo modo, algunos desperdicios son la suma de diferentes materiales y hemos de separarlos, como ocurre cuando una botella de plástico viene dentro de una caja o, por ejemplo, si la basura orgánica está presente en papeles sucios, envases de plástico o de vidrio. Además, las cajas de cartón deben desmontarse o comprimirse antes de introducirse en su respectivo contenedor.
Separemos por colores
Como es sabido, el contenedor de color amarillo recoge plásticos y latas, mientras el de color azul está pensado para los papeles y cartones, como revistas, folios o cajas, destinándose a botellas de vino, los refrescos de cristal, los tarros de conservas y toda clase de vidrio el contenedor verde, pero no de cristal ni restos cerámicos.
Por último, el de color gris o verde recoge basura orgánica y los de color rojo, más difíciles de encontrar, se destinan a residuos especialmente contaminantes como las pilas, electrónica, aceites, baterías o insecticidas, pongamos por caso, cumpliendo la misma función que los puntos limpios.
El simple hecho de separar la basura correctamente es todo un avance, pero hay muchos aspectos a tener en cuenta si queremos hacerlo realmente bien. Entre otros detalles, deberíamos quitar las etiquetas y tapas, e incluso lavarlos para que el proceso de reciclaje sea más fácil.
Por último, conviene poner especial atención a la basura electrónica. Aunque no nos lo parezca, los residuos electrónicos son reciclables. Cerca del 97% de los materiales utilizados en monitores, teclados, teléfonos y dispositivos móviles pueden ser recuperados y reutilizados. Si no los llevamos a un punto limpio se convierten en un grave problema ambiental.
Fuentes: